martes, 24 de noviembre de 2009

Ideologia y Personalidad

Las ideas políticas de Salvador Dalí desempeñaron un papel muy relevante en sus inicios artísticos. Posteriormente se le acusó de apoyar ideológicamente el franquismo.[39] [76] André Breton, el "papa" del surrealismo, se distinguió por sus esfuerzos para separar el nombre de Dalí del grupo surrealista. Sin embargo, ese enfrentamiento obedecía a motivos más complejos. De cualquier modo, Dalí nunca fue antisemita como se desprende de su amistosa relación con el afamado arquitecto y diseñador Paul László, que era judío. Manifestó una profunda admiración hacia Freud -a quien conoció personalmente- y hacia Albert Einstein, a juzgar de sus escritos. Sobre la personalidad de Dalí, George Orwell dijo en un ensayo que

"Uno debería ser capaz de conservar en la cabeza simultáneamente las ideas de que Dalí era al mismo tiempo un excelente dibujante y un irritante ser humano. La una no invalida, o efectivamente, no afecta a la otra".

En su juventud el artista estuvo relacionado con el anarquismo y el comunismo. En sus escritos de suelen encontrar afirmaciones políticas -probablemente, más dirigidas a impresionar al público por su radicalidad que basadas en una inspiración profunda- que señalan cierta vinculación con el activismo político del dadaísmo. Con el avanzar de los años, sus adhesiones políticas cambiaron, especialmente según el surrealismo se identificó con el liderazgo de André Bretón, de orientación trotskista. En diversas ocasiones, Breton pidió explicaciones a Dalí por sus relaciones políticas. De cualquier modo, ya en 1970 Dalí se declaró[78] como un "anarco-monárquico", dando pie a numerosas especulaciones sobre esta orientación política (indudablemente minoritaria).

Con el inicio de la Guerra civil española, Dalí rehuyó el enfrentamiento y rechazó manifestar su adhesión a ninguno de los bandos. Del mismo modo, tras la Segunda Guerra Mundial, Dalí fue criticado por George Orwell, quien le acusó de "escabullirse como una rata en cuanto Francia estuvo en peligro", después de haber vivido y prosperado allí durante años:

lunes, 23 de noviembre de 2009

Giraffe


Aquí se muestran tres viejas ideas del pintor. Las jirafas ardiendo, grupos en ambos lados de una vía y un padre mostrándolas a su hijo.

Deseos


Vemos a un hombre en la entrada de una cueva. Todo parece comenzar en su cabeza, mientras la cabeza de su pareja se le parece a un ramo de flores, comienzan a fluir los líquidos controlados por otra entidad que pareciera no querer involucrarse.

La desintegración de la persistencia de la memoria


Aquí, Dalí se inicia con sus famosos relojes blandos. El decía que no eran otra cosa que el queso Camembert del espacio y el tiempo, suave, extravagante, solitario y paranoico-crítico. En este autorretrato, un Dalí similar al que aparece en “El gran masturbador” (1929), se encuentra inmóvil y con la lengua afuera. Aparte de los insectos, se encuentra aislado en un paisaje árido y caluroso. En estas condiciones, la percepción del tiempo y del espacio, y el comportamiento de los recuerdos, adquieren formas blandas que se ajustan a las circunstancias. Veinte años más tarde en “La desintegración de la persistencia de la memoria” (1952), Dalí descompone estas imágenes incorporando el conocimiento de las consecuencias del uso destructivo de la energía atómica.

Datos Bibliograficos


Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech (Figueras, 11 de mayo de 1904 - Figueras, 23 de enero de 1989) fue un pintor surrealista español nacido en Cataluña.

Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante.[1] [2] Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que «vampirizó» innovaciones ajenas. Una de sus obras más célebres es La persistencia de la memoria, el famoso cuadro de los «relojes blandos», realizada en 1931.